El mundo se ha Acelerado Demasiado
Desde 2020, los padres trabajan tres veces más para alcanzar lo que antes conseguían con un solo esfuerzo. Los niños crecen con enormes carencias emocionales, porque ya no hay tiempo para lo que realmente importa: la conexión.
Desde 2020, con el rápido desarrollo de la tecnología y la inteligencia artificial, hemos entrado en una era de aceleración sin precedentes. La sociedad ahora se mueve a un ritmo para el cual los seres humanos no fueron diseñados. Hoy en día, los padres tienen tres veces más carga de trabajo para demostrar lo que antes lograban con un solo esfuerzo.
Esto crea una mentalidad de escasez, donde nada nunca es suficiente. Los padres tienen menos tiempo y paciencia para los hijos, las jerarquías familiares tradicionales se han disuelto, y la mayoría de los niños están creciendo con enormes lagunas en el desarrollo emocional.
Los niños ya no pueden jugar juntos porque las calles son peligrosas, por lo que permanecen en casa con juegos virtuales. Los padres intentan compensar el tiempo perdido con cosas materiales y, alrededor de los 5 o 6 años, se sorprenden al descubrir hijos con trastornos de atención y ansiedad — que, en realidad, muchas veces son simplemente niños normales que crecieron “solos”.
En conclusión, la sociedad está entrando en una nueva era marcada por cambios profundos y, a menudo, duros, que afectan intensamente nuestros valores, hábitos y modos de vida. Estas transformaciones han llevado a un aumento pronunciado del agotamiento, la desregulación emocional y al surgimiento de una sociedad automatizada y robótica que prioriza la productividad en detrimento de la humanidad — dejando poco espacio para lo que realmente importa: la interacción humana genuina.
Esto me llevó a profundizar en la psicología y el desarrollo emocional para entender cómo podríamos reconectarnos y motivar a las nuevas generaciones. Fue entonces cuando descubrí el papel crucial de la amígdala — el centro de la memoria emocional de nuestro cerebro.
La ciencia detrás de nuestra magia
Usamos descubrimientos fascinantes sobre la amígdala — el centro emocional del cerebro. Y lo que descubrimos es que cuando algo tiene significado para el estudiante y, al mismo tiempo, es divertido,
¡el corazón guarda esa memoria para siempre!
Usando la investigación y los estudios realizados sobre la amígdala para crear recuerdos de aprendizaje únicos.
Desarrollar empatía, comprensión y regulación emocional.
Aprendizaje centrado en el niño, respetando el desarrollo individual.
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Público objetivo
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